Las técnicas de reflejos se basan en la aplicación de fuerzas externas, las cuales producen un movimiento determinado sin contracción muscular voluntaria a través de respuestas motrices involuntarias, conscientes o inconscientes.
Los reflejos están gobernados por los centros motores inferiores; el nivel espinal, el tallo cerebral, el mesencéfalo, hasta llegar a la corteza como paso de culminación de este complejo proceso.
Estas técnicas están indicadas cuando la movilidad articular está comprometida.